Este restaurante de un pueblo costero de Cantabria presume de tener la mejor langosta del mundo: “Tenemos un vivero absolutamente natural”

Isla, en la comarca de Trasmiera, es uno de los destinos turísticos más populares en la costa cántabra gracias a su naturaleza, sus playas y su gastronomía

Langosta
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Liliana Fuchs

Editor

El litoral cantábrico está repleto de enclaves a los que escapar si se buscan temperaturas más amables en verano, playas de ensueño y paisajes donde la naturaleza sorprende a cada rincón. También multitud de villas y pueblos entregados al mar, del que sin duda saben aprovechar para presumir de una de las gastronomías más disfrutonas de nuestro país.

Así ocurre en Isla, en el municipio de Arnuero, comarca de Trasmiera, una pequeña localidad que vibra de actividad en plena temporada veraniega cuando revalida su posición como uno de los destinos de costa más populares de toda Cantabria. Sus hermosas playas de arena fina, rodeadas de acantilados de postal y una naturaleza de gran belleza, son su punto fuerte, pero también acuden los amantes de la buena mesa que disfruten particularmente del marisco y el pescado más fresco.

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Porque en Isla está el complejo turístico del Grupo Astuy, cuyo hotel restaurante del mismo nombre preside con su imperdible edificio estratégicamente situado entre dos playas de la villa, enmarcado por el mar y unas vistas envidiables. Dirigido actualmente por Emérito Astuy y su primo Armando Alonso, acaban de recibir el Premio Sabe a Norte por su labor en la restauración y puesta en valor del producto de Cantabria. Y están tan orgullosos de su trabajo que presumen de tener la mejor langosta del mundo.

Hotel

Así lo declaró Astuy en una reciente entrevista en El Diario Montañés, remarcando la calidad de los productos que les regalan las aguas del Atlántico. Y que el Grupo sabe además aprovechar bien a través de su propio vivero, en la Punta de Quejo, muy cerca de Isla.

“Tenemos un vivero absolutamente natural: el agua entra y sale con la marea, como si las langostas estuvieran en libertad”, apunta el empresario, quien explica que en sus instalaciones pueden albergar hasta 4.000 kilos de langostas que clasifican en función del tamaño y peso, para poder ofrecerlas al gusto y necesidad de cada cliente. Las alimentan con mejillones (“manchan menos el agua y se los comen encantadas” y utilizan agua obtenida directamente del mar para cocerlas en las cocinas del restaurante.

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De este modo, el vivero es en sí una atracción añadida a la propia experiencia gastronómica del restaurante, pues el propio comensal puede elegir y pescar la langosta que será protagonista de su banquete. A ello se suman las impagables vistas del entorno que tiene el complejo hotelero, aprovechando la particular situación geográfica de Isla, que es en realidad una península situada entre las rías de Castellano y Quejo y el mar Cantábrico.

La villa atrae cada año a miles de visitantes en busca de sus paradisíacas playas y también a los amantes del surf y otros deportes acuáticos, pero es también un destino ideal para relajarse en el entorno y explorar los pequeños pueblos y caseríos de la zona, con marismas, acantilados de impresión y rutas que atraviesan las rías, la costa, los prados y los terrenos más montañosos arbolados.

Imágenes | Hotel Astuy

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